Guía para el manejo de la Endocarditis | ESC 2023

La endocarditis infecciosa (EI) es un importante reto para la salud pública.En 2019, la incidencia estimada de EI fue de 13,8 casos por 100 000 sujetos al año, y la EI representó 66 300 muertes en todo el mundo.

Debido a la asociada alta morbilidad y mortalidad asociadas (1723,59 años de vida ajustados por discapacidad y 0,87 casos de muerte por 100 000 habitantes, respectivamente) las mejores estrategias preventivas ha sido el centro de la investigación.

Desde la directrices de la ESC de 2015 para el tratamiento de la endocarditis infecciosa
endocarditis infecciosa, se han publicado nuevos datos importantes que obligan a actualizar las recomendaciones.

En primer lugar, la población en riesgo de EI ha aumentado y se han datos sobre la EI en diferentes escenarios clínicos. La resistencia a los antibióticos entre los estreptococos orales es preocupante.
La tasa de resistencia a la azitromicina y la claritromicina es de resistencia a la azitromicina y la claritromicina es superior a la de la penicilina.

Si los cambios en las directrices nacionales sobre el uso de profilaxis antibiótica han dado lugar a un aumento de la incidencia de EI sigue sin estar claro. Es probable que el mayor uso de herramientas diagnósticas para diagnosticar la EI sea un factor importante en la incidencia de la EI.

El uso de la ecocardiografía ha aumentado probablemente en pacientes con hemocultivos positivos para Enteroccus faecalis, Staphylococcus aureus o estreptococos debido al mayor riesgo asociado de EI. Además, las técnicas de tomografía computarizada (TC) y de imagen nuclear han
detectado un número de casos definitivos de EI, sobre todo en pacientes con válvulas
prótesis valvulares y dispositivos cardiacos implantables.

Los datos sobre la caracterización actual de los pacientes con EI se han tenido en cuenta para actualizar las recomendaciones.

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